La tercera edición de la Semana de la Escuela Ambiental de Verano se llevó a cabo del 21 al 27 de enero en la Casa de Retiro JOC El Quisco, ubicada en las pintorescas costas de la Región de Valparaíso. Este evento educativo, que se extiende a lo largo de una semana, tiene como objetivo impactar en la realidad de jóvenes e infancias, enfocándose en las problemáticas ambientales que amenazan nuestros territorios y afectan significativamente nuestras vidas. Su propósito fundamental es proporcionar una experiencia educativa enriquecedora centrada en la conciencia ambiental y la acción comunitaria.
“Me llamo Janrick Macinas, tengo 23 años. Trabajo como cargador en un puesto de pesca de Mercedes. Mi empleador me deposita un salario de 200 pesos (4 $US). Mi salario no es suficiente para cubrir las necesidades elementales de mi familia. Mi sueño es de continuar estudiando, pero no pude ir a la escuela, no pude terminar la escuela primaria porque debía trabajar para mi familia. En mi trabajo, estoy expuesto a un riesgo de accidente. Me deslizo regularme en el suelo mojado y estoy expuesto a infecciones y alergias cutáneas debido a ciertas materias tóxicas provenientes del pescado y del puerto. Recientemente, estuve enfermo e incapaz de efectuar trabajos pesados. Tuve miedo de fundar mi propia familia porque no sabía cómo podría cubrir sus necesidades.”
Egipto se está enfrentando a una tasa de inflación extremadamente elevada, con un aumento diario del costo de la vida, de los alimentos y de los productos de primera necesidad. Las riquezas del país están repartidas de manera desigual y más del 75% de la población vive en la pobreza.
El país está abriendo la puerta a los préstamos del Banco Mundial para proyectos de construcción y de reconstrucción, descuidando las actividades humanas y el desarrollo, en particular la educación, la salud y la vivienda.
A causa de la crisis económica, muchos niños, tanto chicos como chicas, han abandonado la escuela para entrar en el mercado laboral. Trabajan generalmente en condiciones difíciles y en empleos informales, en almacenes, jabonerías, talleres de confección, etc., sin ninguna protección ni seguridad y con salarios insuficientes para cubrir las necesidades cotidianas.
Por Brian Geronimo
Japón es uno de los mejores lugares y una de las mejores destinaciones en Asia para el turismo y el trabajo. Se lo debe a su cultura única e incomparable, a su tecnología de punta y a sus industrias manufactureras pesadas. La economía japonesa está basada principalmente en el sector manufacturero, la tecnología electromecánica, la producción de automóviles y la venta al por menor.
En el transcurso de la misión de la JOCI ASPAC a la JOC de Japón, una de las mejores experiencias de aprendizaje fue el compartir profundo de su herencia cultural y de sus valores en materia de trabajo. A pesar de que la lengua y las creencias puedan diferenciar de la de otros países de Asia y del resto del mundo, las condiciones de trabajo de muchos jóvenes en Japón no están muy lejos de las condiciones y situaciones de los jóvenes de otros países, en particular en lo que se refiere a los aspectos sociales y económicos de la vida.
En Nicaragua, a lo largo de los años, las maquilas se han convertido en la fuente principal de ingresos. Hasta 2019 el país contaba con 52 parques industriales y 226 empresas, pero producto de la situación social y del Covid-19, se han visto despidos masivos y muchas empresas han cerrado sin pagar prestaciones a sus trabajadores/as.
Desde 2020, centenares de jóvenes migraron a otros países (Costa Rica, México, EEUU, España, El Salvador). Por la pérdida de inversionistas al país, la carencia de empleos empobrecía más a los hogares que dependían directamente de estas grandes cadenas mundiales de suministros debido que muchos de estos jóvenes carecían de una educación profesional que les permitiera ver o encontrar otras opciones de empleo formal.