Egipto se está enfrentando a una tasa de inflación extremadamente elevada, con un aumento diario del costo de la vida, de los alimentos y de los productos de primera necesidad. Las riquezas del país están repartidas de manera desigual y más del 75% de la población vive en la pobreza.
El país está abriendo la puerta a los préstamos del Banco Mundial para proyectos de construcción y de reconstrucción, descuidando las actividades humanas y el desarrollo, en particular la educación, la salud y la vivienda.
A causa de la crisis económica, muchos niños, tanto chicos como chicas, han abandonado la escuela para entrar en el mercado laboral. Trabajan generalmente en condiciones difíciles y en empleos informales, en almacenes, jabonerías, talleres de confección, etc., sin ninguna protección ni seguridad y con salarios insuficientes para cubrir las necesidades cotidianas.
En este sistema patriarcal, las más afectadas son las mujeres jóvenes y las niñas que son excluidas y marginalizadas en la sociedad e incluso en sus propias familias. Muchas de ellas están excluidas del sistema educativo y enviadas a trabajar cuando aún son jóvenes, entre 12 y 14 años.
Rahma tiene 14 años. Se retiró del sistema escolar debido a las circunstancias difíciles de la vida, y es miembro de un grupo de base de la JOC de Egipto. Trabaja en un supermercado de 8 de la mañana a 8 de la noche, es decir, 12 horas por día, y en temporada alta, los horarios pueden ser prolongados hasta las 11 de la noche, lo que representa 15 horas de trabajo por día, con solamente media hora de pausa para almorzar. En caso de agotamiento, los trabajadores disponen de un espacio de depósito donde pueden descansar media hora… antes de retomar el trabajo.
La mayoría de las jóvenes trabajan en verano para cubrir las necesidades diarias de su familia.
¡Aprender un trabajo artesanal es un medio para generar ingresos, abrir la puerta a la esperanza y a una vida justa y digna!
Sin embargo, todas las mujeres y las jóvenes tienen el mismo sueño: vivir y trabajar en dignidad. Aspiran a encontrar un espacio especial y seguro donde puedan aprender, hablar y percibir su importancia y su valor humano. Necesitan conocer su derecho a elegir y participar activamente en la sociedad. Es necesario que comprendan el rol económico y social que desempeñan. ¡Y eso es exactamente lo que pretende hacer el proyecto de la JOC!
Este proyecto, basado en la economía social y solidaria, se inició en marzo de 2023 y se desarrolla en el pequeño pueblo de EI Cheikh Moslah en la ciudad de Qalyubia, a 30 km al norte del centro del Cairo. Su objetivo es empoderar a mujeres jóvenes entre 14 a 22 años, formándolas en artesanía, arte y a costura, mejorando su eficiencia e integrándolas en el mercado laboral, permitiéndoles de esta manera tener un impacto positivo en la economía de su familia.
Comprender el mercado y comprar materiales
Primero se organizó una visita a una exposición artesanal organizada por el Estado para ver las diferentes producciones del mercado, descubrir la experiencia de otras personas y comunicarse con el organizador de la exposición en previsión del futuro.
Para iniciar el proyecto, se compraron materiales de bordado como agujas, hilos y varios tipos de tela, como también dos máquinas de coser.
Se organizaron sesiones de formación en costura, bordado y macramé, utilizando los recursos disponibles y reciclando telas; se pusieron en marcha talleres sobre las prácticas de venta y el arte de la costura y el acabado; y se organizaron reuniones de sensibilización sobre cuestiones relacionadas con la vida (acoso, intimidación, relaciones, cómo puedo influir en la sociedad, adolescencia, sueños, consciencia de sí misma y comidas sanas).
Reciclar, reparar y preservar el medio ambiente
Durante su campo de verano en julio de 2023, la JOC organizó un debate profundo sobre el medio ambiente y el impacto de los diferentes tipos de contaminación. Después del campo, lanzó una campaña para decir “NO al plástico” y de ahí nació la idea de producir y vender bolsos de algodón a bajos precios, sensibilizar a los daños causados por el plástico y promover la utilización de materiales respetuosos del medio ambiente.
Estas jóvenes mujeres diseñan sus propios modelos de bolsos de algodón y reciben cada mes una pequeña remuneración por su trabajo.
Además de producir bolsos de algodón, el grupo también recicla un gran número de vaqueros y los utiliza para fabricar estuches de lápices, y repara zapatos viejos. La idea es utilizar todos los materiales disponibles.
Una nueva pequeña comunidad donde reinan la amistad y la solidaridad
“Me llamo Noor, tengo 15 años y soy la más joven de mi familia. Estoy contenta de formar parte de este grupo donde puedo desarrollar mis habilidades en bordado y costura, recibiendo un ingreso para cubrir las necesidades de mi familia. Desde la muerte de mi padre, sólo mi hermano mayor trabaja para nuestra familia. La pequeña contribución que recibo en el marco de este proyecto es una gran ayuda para mí y mi familia. Además, estoy muy contenta porque creamos relaciones de amistad, desarrollamos nuestra autoestima y tomamos consciencia de nuestra situación y de la de otros miembros de nuestra comunidad. Este espacio es importante porque nos permite compartir nuestra situación, nuestros sueños y proyectos. Desde mi punto de vista, nuestro grupo se ha convertido en una comunidad de amor, de amistad y de solidaridad.” Noor Ehab (JOC Egipto)
Además de coser y bordar, las jóvenes y los jóvenes de la JOC expresaron la necesidad de aprender el inglés. Con este fin, el movimiento organizó un curso de inglés dos veces por semana durante cinco meses para aprender inglés básico, ampliar su formación e invitar a sus amigos a unirse a ellos.
El movimiento quiere continuar el proyecto, alcanzar a más mujeres jóvenes y comprar más máquinas de coser. Tiene intención de extender la acción a otros grupos que presentan las mismas necesidades y aumentar el apoyo a las familias enseñando a las madres que están motivadas a bordar, lo que les daría la oportunidad de conseguir un trabajo y aumentar los ingresos de su familia.