Históricamente, la Semana Internacional de la Juventud Trabajadora ha sido un momento para celebrar nuestra solidaridad internacional y la identidad del movimiento manifestándonos por nuestros derechos, celebrando nuestras campañas y acciones internacionales. Este año, la Semana Internacional de la Juventud Trabajadora, organizada por la Juventud Obrera Cristiana Internacional (JOCI), proporcionó una plataforma para que jóvenes trabajadores de todo el mundo se reunieran en línea e intercambiaran ideas, experiencias y estrategias para abordar cuestiones claves como la igualdad de género, el trabajo precario, el desempleo y la informalidad laboral. Este año, este evento duró una semana, del 25 de abril al 1 de mayo, y culminó con la celebración del Día del Trabajo el 1 de mayo.
A lo largo de la semana, los jóvenes trabajadores participaron en talleres, debates e intercambios para aprender unos de otros y fomentar la solidaridad más allá de las fronteras. Uno de los temas centrales que surgieron durante la Semana Internacional de la Juventud Trabajadora fue la necesidad urgente de hacer frente a las elevadas tasas de desempleo y a la economía informal, donde los trabajadores carecen de protección jurídica, acceso a la seguridad social y representación sindical. Se habló de la necesidad de formalizar el trabajo informal, garantizar unas condiciones laborales dignas y ofrecer oportunidades de educación y formación profesional para que los trabajadores puedan asegurarse un medio de vida sostenible. Las JOC de Chile Indonesia, Paraguay compartieron sus acciones e iniciativas en la economía social y solidaria, especialmente las huertas comunitarias, agricultura y desarrollo de habilidades para los jóvenes, por ejemplo en impresión, alfarería tradicional y tejido de bolsos. La JOC de Filipinas presentó su acción con el objetivo de formar una asociación de jóvenes pescadores y la organización de cursos de formación estos jóvenes sobre los medios de subsistencia.
La prevalencia del trabajo precario entre los jóvenes trabajadores fue otro tema urgente que estuvo en el centro de los debates durante toda la semana. Participantes de la JOC de Venezuela, Congo Kinshasa, Haití y Perú compartieron sus experiencias en materia de precariedad laboral, bajos salarios y falta de prestaciones sociales, destacando la necesidad de políticas y prácticas que protejan a los trabajadores de la explotación y les garanticen un empleo estable y digno. Frente a estas realidades, la JOC de Nicaragua compartió una acción sobre las cadenas globales de producción en las zonas francas textiles de Managua, donde organiza a los jóvenes trabajadores de las maquilas, desarrollando un análisis a través de la caracterización y sistematización de empresas, marcas, propietarios y jóvenes trabajadores que contribuyen a la distribución, producción y comercialización de los productos. A continuación, evalúa los problemas detectados, presenta demandas y reivindicaciones al gobierno local y negocia con el empleador para hacer valer el derecho a un trabajo digno. En la práctica, también proporciona asistencia y asesoramiento jurídico a los jóvenes y promueve acciones de defensa contra el acoso y la violencia en el lugar de trabajo.
También, Los jóvenes trabajadores destacaron los desafíos que plantea la desigualdad de género en el lugar de trabajo. Hablaron de las dificultades a las que se enfrentan las mujeres y las personas no binarias para acceder a la igualdad de oportunidades, salarios justos y condiciones de trabajo seguras. Las JOC de Ghana, Chile, Pakistán, Filipinas, Paraguay y Perú relataron casos de discriminación, acoso y barreras para progresar, destacando la necesidad de una acción colectiva para combatir la discriminación de género y crear lugares de trabajo más inclusivos y equitativos. La JOC alemana presentó su acción sobre el trabajo de cuidados y destacó la importancia de reconocer el valor del trabajo de cuidados y de dar prioridad a la inversión en este sector, lo que incluye garantizar salarios justos, prestaciones y protecciones para los trabajadores de cuidados y garantizar que los trabajadores de la economía de cuidados sean valorados, respetados y apoyados.
Al finalizar la Semana Internacional de la Juventud Trabajadora, los participantes se unieron a la celebración mundial del Día del Trabajo, el 1 de mayo. Este día sirvió para recordar las luchas permanentes a las que se enfrentan los trabajadores, especialmente los jóvenes, y la importancia de la solidaridad y la acción colectiva en la lucha por los derechos de los trabajadores. Los jóvenes trabajadores salieron a la calle para exigir salarios justos, condiciones de trabajo seguras y el respeto de su dignidad y sus derechos como trabajadores. El intercambio de acciones sobre la igualdad de género, el trabajo precario, el desempleo y la informalidad laboral durante la Semana Internacional de la Juventud Trabajadora puso de manifiesto la necesidad continua de defensa, organización y solidaridad para crear un mundo más justo y equitativo para todos los trabajadores. Las ideas y experiencias compartidas durante la semana inspirarán sin duda a los jóvenes trabajadores para seguir luchando por sus derechos y por los derechos de todos los trabajadores del mundo.