"TRABAJANDO POR UN FUTURO PROMETEDOR"
Estimado Director General, distinguidos delegados, gracias por darnos la palabra.
Agradecemos y felicitamos a la Comisión por este documento tan interesante. En efecto, es crucial debatir el futuro del trabajo en este año del centenario. Dicho futuro no es lejano: las nuevas formas de trabajo y los retos del mañana ya están aquí, y nosotros, los jóvenes trabajadores, somos los primeros en experimentarlos. Sólo un ejemplo de la realidad actual de los jóvenes trabajadores:
"Mi nombre es Ana, vivo en Nicaragua. Tengo un título universitario. Ahora he estado trabajando desde casa durante 4 años para una empresa de aduanas con sede en los Estados Unidos. Mi horario de trabajo es de 8 horas diarias y el único contacto con mis compañeros de trabajo es por correo electrónico o por teléfono.
Esa tecnología permite un fácil acceso a la información para los clientes y ayuda a la empresa a aumentar sus ventas, pero no todos mis derechos como trabajadora son respetados. En cuanto a la cobertura de protección social, la empresa no ofrece seguro social, derecho a la atención médica y pago de pensiones, lo que constituye una profunda preocupación a la hora de pensar en el futuro. No tengo un contrato de trabajo, lo que me afecta como trabajador: debería ser la base de una relación laboral. La dificultad de verificar la existencia de mi trabajo y de mi salario significa que no obtengo un préstamo para una casa o un crédito en general. Esto significa que la falta de contrato me afecta como trabajadora, y también afecta toda mi vida.
En cuanto al ambiente de trabajo, la falta de contacto personal con cualquier otro trabajador durante mi jornada laboral de 8 horas me ha convertido en una persona poco sociable que ha perdido interés en las relaciones interpersonales. Por otro lado, limita el derecho a la libertad de asociación, a organizarse, a actuar juntos por intereses comunes y a formar parte de un sindicato".
Como vemos en este testimonio, se debe dar seguimiento a la recomendación de la Comisión Mundial de desarrollar sistemas de gobernanza internacional para plataformas laborales digitales que garanticen el respeto y la protección de los trabajadores.
Los trabajadores jóvenes experimentamos inseguridad. O el trabajo es precario o informal, nos enfrentamos al desempleo juvenil y a las desigualdades basadas en nuestro género y nuestra nacionalidad. El estrés y la presión aumentan, los trabajadores siempre deben estar disponibles. Nuestra tierra está destruida. Las desigualdades en términos de riqueza y poder aumentan mientras que la protección social disminuye. Al ver todo esto, muchos jóvenes trabajadores pierden la confianza en las instituciones.
Después de todo, la conexión de las políticas comerciales, fiscales, económicas y sociales que menciona la Comisión Mundial es evidente. Exigimos seguridad y dignidad para los jóvenes trabajadores y una distribución equitativa de la riqueza para todos. En este sentido, apoyamos firmemente las recomendaciones de la Comisión sobre un modelo económico centrado en el ser humano.
En general, nos unimos al llamado a una agenda centrada en el ser humano.
Es especialmente crucial:
- aplicar un programa transformador y medible para la igualdad de género.
- proporcionar protección social universal desde el nacimiento hasta la vejez.
- establecer una Garantía Laboral Universal.
- aumentar la soberanía en el tiempo.
- canalizar y gestionar la tecnología a favor del trabajo decente.
- ofrecer incentivos para promover las inversiones en ámbitos clave como la economía del cuidado, la economía verde o la economía rural
- remodelar los mecanismos de incentivos empresariales para estrategias de inversión a largo plazo y explorar indicadores adicionales de desarrollo humano y bienestar.
Nuestros enfoques deben ser concretos, pero también deben abordar los diferentes desafíos, como el cambio climático, la robotización, la desigualdad, la precariedad y la informalidad.
Para las organizaciones de jóvenes como la nuestra, el reto sigue siendo concienciar a los jóvenes trabajadores e informarles sobre sus derechos como trabajadores. Vemos nuestra responsabilidad y la asumimos. En la misma línea, pedimos a la OIT, a los jefes de Estado y a los interlocutores sociales que desarrollen medidas muy concretas para dar seguimiento a las recomendaciones mencionadas en el informe.
No hay tiempo para esperar hasta que se haga algo: El futuro ya está aquí.