La joven trabajadora sale todos los días a las cuatro de la mañana. Para llegar a su lugar de trabajo debe atravesar toda la ciudad. Viaja aproximadamente dos horas en bus y luego debe caminar alrededor de media hora para llegar a la comunidad en donde da clases a niños de escasos recursos económicos. Es un barrio pobre, marginal y con altos índices de violencia.
En el trecho que tiene que recorrer a pie ha habido incluso violaciones a otras mujeres y los buses que utiliza para llegar y salir de ese lugar son los que dentro de las estadísticas nacionales sufren mayor índice de ataques armados, asaltos y accidentes provocados por la negligencia de los mismos pilotos.
Para volver a su casa tiene que hacer el mismo recorrido, sólo que esta vez en peores condiciones: en buses que van hacinados y llenos de pasajeros, que viajan lentamente por las largas filas de autos que recorren la ciudad.