El día internacional de los trabajadores es la ocasión de conmemorar los valores y las realizaciones históricas de generaciones de trabajadores y trabajadoras. Pero incluso aunque celebramos los éxitos y los triunfos de la solidaridad de los trabajadores, sabemos que los desafíos a los que están confrontados los pueblos del mundo entero exigen una fuerza y un compromiso colectivo para continuar la lucha por los derechos, las libertades, la paz, la igualdad y la justicia.
Las economías del mundo entero no se han recuperado del impacto de la pandemia del Covid-19. Esta ha hecho más evidentes las desigualdades sistémicas persistentes que están arraigadas en las estructuras económicas, políticas, sociales y culturales. En todos los países, ha puesto de manifiesto las debilidades del sistema de salud y los presupuestos bastante reducidos para permitir la igualdad de acceso a la protección social. Por otra parte, la crisis climática continúa agravándose, la terrible situación de los trabajadores y de los pobres continúa deteriorándose, mientras las naciones imperialistas y las potencias regionales defienden sus propios intereses geopolíticos perpetrando incesantes agresiones militares que cuestan la vida a las masas ordinarias confrontadas a la crisis alimentaria y a otras dificultades. La grave recesión económica que se vive en el mundo entero ha sumido un número considerable de personas a la pobreza, el desempleo y la inseguridad social. Inclusive los que tienen un empleo sufren de la precariedad y los bajos ingresos.
“Tenía varios trabajos para poder ir a la escuela. Tengo necesidad de trabajar para sobrevivir. Durante la pandemia, perdí mi trabajo e intenté hacer ventas en línea, pero mi ingreso no era siempre suficiente para vivir. No tuve otra alternativa que parar mis estudios y buscar un empleo” - Ronnel, 20 años
La vida es cada vez más difícil para los jóvenes trabajadores que sufren ya de no tener acceso a un trabajo digno y de no tener suficientes ingresos y un trabajo estable para cubrir sus necesidades y las de su familia. Millones de personas han sido forzadas a dejar su país, convirtiéndose en refugiados, y muchos otros han sido desplazados al interior de su país, sin seguridad de empleo. Esas realidades sumergen a los jóvenes trabajadores en problemas cuando pierden su empleo y no pueden responder a las necesidades de su familia. Muchos jóvenes no tienen otra opción que trabajar en la economía informal. El miedo y la inseguridad se introducen entonces en la vida de los jóvenes, quebrando sus sueños y sus aspiraciones. La situación muestra simplemente que los ricos, los políticos y los países se aferran al poder para hacer más beneficios en detrimento de las personas. El capitalismo sumerge a cada uno en las tinieblas a través de un mecanismo basado en el individualismo, el materialismo y un mundo pensado y acentuado en el mercado.
Como movimiento de jóvenes trabajadores y trabajadoras, no podemos aceptar esas realidades indignas e inhumanas. Nuestros principios nos empujan a creer que somos los hijos e hijas de Dios. Estamos hechos a su imagen. ¡Merecemos vivir, no solamente existir!
Con motivo del 1ro de mayo 2022, la JOCI reafirma su compromiso de organizar los jóvenes trabajadores y trabajadoras en todo el mundo y de seguir apoyando sus luchas y sus acciones. Pensamos que el centro de la economía no debe ser el dinero sino la inversión holística en el crecimiento y el desarrollo de los seres humanos. Obramos por la paz, la igualdad y la justicia! Nosotros, jóvenes trabajadores y trabajadoras queremos:
- La igualdad de los sexos
- Una educación de calidad
- La libertad de asociación
- Un salario mínimo que permita vivir a los trabajadores y trabajadoras
- La protección social para todos y todas
- Empleos seguros, sanos y durables.