
La JOCI saluda a todas las organizaciones y a todos los movimientos sociales, sindicales y gubernamentales aquí presentes. Este encuentro representa una oportunidad única para toda la sociedad y, en especial, para las personas en situación de migración o de exilio.
Migrar también es soñar. Es promover el encuentro y el diálogo entre culturas, el intercambio de saberes y contribuir al desarrollo de los territorios. Sin embargo, el contexto actual es extremadamente desfavorable para los pueblos y, aún más, para las y los jóvenes trabajadores migrantes.
Queremos compartir con ustedes el testimonio de un joven trabajador:
“Me llamo Juan, soy de Colombia, tengo 20 años y vivo en Valladolid, España. Trabajo como repartidor de paquetes. Llegué aquí en busca de una oportunidad, con la esperanza de cambiar mi vida. La precariedad marca mi vida diaria. Trabajo largas jornadas, sin contrato, sin seguro, sin derechos laborales. Si me quejo, me dicen que hay otros dispuestos a hacerlo por menos dinero. Somos muchos los jóvenes migrantes que trabajamos ‘sin contrato’, sosteniendo las economías sin que se reconozca nuestro esfuerzo. He sufrido varias agresiones durante mi trabajo. Y puedo afirmar que no se trata sólo de racismo, sino también de una manera de mantener un sistema en el que algunos tienen derechos y otros no.”
El testimonio y la experiencia de Juan se repiten para millones de jóvenes trabajadores y trabajadoras en América Latina, en Europa y en todo el mundo.
Más que nunca, la Cumbre CELAC–UE 2025 debe ser un espacio para avanzar con propuestas concretas en favor de la clase trabajadora, especialmente de las y los jóvenes trabajadores migrantes.
Debemos hacer todo lo posible para que el sueño de Juan —que también es el sueño de millones de personas— pueda hacerse realidad:
“Mi sueño es simple: poder trabajar legalmente, hacer las cosas bien, estudiar y lograr lo que siempre he querido hacer.”
Sigamos luchando juntos para hacer de esta utopía una realidad.
La JOCI considera esencial que los Estados reconozcan la naturaleza compleja de las migraciones y se esfuercen por implementar políticas públicas que protejan a los migrantes y reconozcan su valiosa contribución en muchos ámbitos de la sociedad.
Los países deben reforzar su compromiso con el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular. Juntos, podemos garantizar que la migración se gestione respetando los derechos humanos y contribuyendo al bienestar de los migrantes y sus comunidades.
Abogamos por la igualdad de acceso a la educación, al empleo y a la protección social para todos los jóvenes, independientemente de su origen.
Defendemos los derechos de los migrantes, su acceso a los servicios esenciales, un acompañamiento adecuado, y sensibilizamos a nuestras sociedades sobre los retos a los que se enfrentan.
Celebremos la contribución diaria de los migrantes a nuestras comunidades. Su resiliencia, sus habilidades y su diversidad cultural enriquecen nuestras sociedades.








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