Indonesia se enfrenta actualmente a una situación crítica. La crisis que afecta a la sociedad se deja sentir cada vez más en diversos sectores. El aumento vertiginoso de los precios de los productos de primera necesidad, el aumento de la carga fiscal (algunos gobiernos regionales han aumentado los impuestos en más de un 250 %), los salarios insuficientes, los despidos masivos, la incertidumbre sobre la situación laboral y la falta de oportunidades de empleo se han convertido en los principales factores de disturbios sociales. Además, la ineficacia de las medidas de lucha contra la pobreza y la recurrencia de las catástrofes naturales agravan la situación.
La decepción de la población alcanza su punto álgido cuando constata la enorme brecha que existe entre la vida de los ciudadanos comunes y los de la élite en el poder. Los legisladores se dedican a debatir el aumento de las indemnizaciones, mientras que los responsables ejecutivos se ven envueltos en casos de corrupción a gran escala. Mientras la población sufre, se sabe que los funcionarios disfrutan de aumentos salariales de varios cientos de millones de rupias, así como de lujosas instalaciones. Paradójicamente, el desempeño del Parlamento y del Gobierno se considera insuficiente, eclipsado por casos de corrupción masiva. Numerosos proyectos de ley siguen pendientes, en particular la ley sobre la confiscación de los bienes de los corruptos, mientras que las controvertidas declaraciones de algunos miembros del Parlamento han avivado aún más la ira de la población.
Además, el descontento de la población terminó en una ola de manifestaciones en las grandes ciudades indonesias. Miles de estudiantes, trabajadores/as, agricultores, conductores de transporte público y grupos de la sociedad civil salieron a la calle para exigir cambios y más justicia. Sin embargo, lo que comenzó como manifestaciones pacíficas se ha ido convirtiendo progresivamente en enfrentamientos violentos.
Impacto y víctimas
La ola de disturbios tuvo como consecuencia numerosas víctimas, según las organizaciones humanitarias. Lamentablemente, más de diez personas perdieron la vida en enfrentamientos, tiroteos e incendios. Se estima que cientos de personas resultaron heridas y tuvieron que ser hospitalizadas. Además, las pérdidas materiales ascienden a varios miles de millones de rupias debido a la destrucción de equipamientos públicos, etc. Lamentablemente, esta situación ha dejado un profundo trauma en la sociedad, especialmente en las familias que perdieron a seres queridos.
El papel de los/as jóvenes en el movimiento
En esta situación crítica, los/as jóvenes se convirtieron una vez más en el motor de la resistencia. Estudiantes, escolares y trabajadores/as desfilaron con pancartas, organizaron manifestaciones y expresaron las aspiraciones de los ciudadanos marginados. En muchas ciudades, los/as jóvenes pusieron en marcha movimientos improvisados que reúnen a trabajadores/as, agricultores y la sociedad civil en una lucha común.
Su valentía recuerda al movimiento reformista de 1998, cuando los/as jóvenes también estuvieron en primera línea.
Esta vez, no se conformaron con reclamar justicia económica, sino que también denunciaron la crisis moral que afecta a los responsables políticos. Para ellos, la voz del pueblo ya no debe ser ignorada.
La sombra de 1998
La crisis actual recuerda a muchos la de 1998, cuando las manifestaciones masivas derrocaron al régimen en el poder. Al igual que hoy, la población se veía entonces aplastada por la crisis económica, la corrupción y el fracaso de los dirigentes.
Hoy, la sombra de 1998 vuelve a cernirse sobre el país. La diferencia radica en el contexto: en aquel momento, la crisis se desencadenó por el colapso de la rupia; hoy, la población está abrumada por la injusticia económica, los altos impuestos y las crecientes desigualdades.
El punto de vista del PPMP-JOC de Indonesia
El PPMP-JOC de Indonesia, un movimiento internacional de jóvenes trabajadores/as, ha expresado su posición sobre la crisis. En su declaración oficial, el PPMP-JOC considera que la crisis es el resultado de un sistema económico y político distorsionado, en el que se sacrifican los intereses de los/as trabajadores/as en beneficio de la élite.
El aumento de los salarios de los funcionarios públicos a cientos de millones de rupias, mientras la población se ve sumida en la miseria, es un insulto a la dignidad de la nación. Las declaraciones inapropiadas de algunos miembros del Parlamento ponen aún más de manifiesto lo alejados que están de la realidad de la vida de la gente corriente.
El PPMP-JOC de Indonesia subraya la importancia de la solidaridad entre los/as trabajadores/as, los obreros y los jóvenes para luchar contra las injusticias estructurales. En su opinión, el Gobierno fracasó en su misión y solo un movimiento popular unido puede aportar un cambio real. La JOC también hace un llamamiento a los manifestantes para que mantengan la paz, al tiempo que rechazan firmemente la corrupción, la injusticia y las políticas opresivas.
El papel de los/as jóvenes y los/as trabajadores/as
La JOC de Indonesia destaca que los/as jóvenes, los estudiantes y los/as trabajadores/as están a la vanguardia de la justicia social. Sus manifestaciones son la expresión legítima de una profunda decepción ante las injusticias que prevalecen. No se limitan a expresar reivindicaciones económicas, sino que también afirman la necesidad de un cambio sistémico en favor de los ciudadanos comunes.
La posición de la PPMP-JOC de Indonesia
- Exige que el Gobierno adopte medidas concretas para controlar los precios de los productos básicos, ponga fin a las políticas fiscales opresivas y garantice salarios dignos.
- Condena enérgicamente las acciones represivas de las fuerzas de seguridad que causaron muertos y heridos. Las fuerzas de seguridad deben proteger al pueblo, no oprimirlo.
- Condena enérgicamente la corrupción de los funcionarios públicos y exige procedimientos judiciales justos, transparentes e imparciales.
- Denuncia los aumentos salariales de los funcionarios públicos mientras el pueblo sufre y exige la anulación de esta medida.
- Insta a los/as jóvenes y a los trabajadores/as a mantener la solidaridad y la fraternidad, evitando acciones destructivas que perjudiquen a la sociedad.
- Pide cambios estructurales en el sistema político y económico para dar prioridad a los intereses de los/as trabajadores/as, y no a las ganancias de la élite.
Sobre los saqueos y la violencia
El PPMP-JOC de Indonesia comprende que los saqueos de las viviendas de los legisladores y la violencia subsiguiente reflejan la ira incontrolable de la población. Sin embargo, subraya que la violencia no es la solución. La verdadera lucha debe provenir de la conciencia colectiva, la solidaridad y la acción organizada.
Conclusión
La situación actual nos recuerda la tragedia de 1998, cuando la población se unió contra un régimen opresivo. El PPMP-JOC de Indonesia cree que el cambio solo puede venir del valor del pueblo para unirse, levantarse y luchar por sus derechos.
El PPMP-JOC de Indonesia se mantiene al lado de los trabajadores/as, reafirmando su compromiso de luchar contra la injusticia y declarando que:
«La solidaridad es nuestra arma, la justicia es nuestro objetivo».
Atentamente,
El equipo nacional del PPMP-JOC de Indonesia