“Hola. Mi nombre es Ana, actualmente me encuentro en Lima con 25 años, natural de Apurímac. Empecé a trabajar en la temprana edad de 8 años en casa de una familia de un abogado, en la cual me permitieron estudiar, pero con deberes que cumplir en la casa. A los 14 años empecé a trabajar en casa a tiempo completo para una señora de 84 y su hijo en la cual tenía deberes de lavar la ropa, cocinar, limpiar la casa, realizar las compras, ayudar a la señora en algunas cosas durante dos años. Esta familia me permitió continuar con mis estudios en el turno de noche pero al mismo tiempo siempre me decía: “no sirves para nada” cuando me quise salir de esta casa me amenazaron “si te vas te denuncio a la policía”, por un tiempo me asustaron y me quede un tiempo más por miedo, algunas veces que cometía errores o les contestaba me jalaban del cabello de hombro o simplemente me empujaban, me pagaban 80 soles mensuales y con tiempo me aumentaron y conseguí ganar hasta 200.00 soles. No me daban el C.T.S, gratificaciones, vacaciones, algunos domingos no me dejaban salir.”
Hoy una necesidad aparece más importante que nunca:
una protección social para todos y todas con el fin de garantizar una vida y un trabajo dignos
Hoy, celebramos el 134° aniversario de la Jornada internacional de la clase obrera. Lo conmemoramos manifestando o encontrándonos en línea en lugar de desfilar juntos en la calle. Esto muestra una vez más la situación que vivimos cotidianamente: toda nuestra vida y todas las sociedades están impactadas por la pandemia mundial del Covid-19. ¿Cómo los jóvenes trabajadores atraviesan esta crisis? Aquí hay algunos testimonios
«Saludos a todos mis camaradas trabajadores! Mi marido y yo estamos ahora sin trabajo y sin salario. Mi contrato en una fábrica de alimentación acaba de terminarse el 29 de febrero. A mi marido le solicitaron que no fuera al trabajo debido al confinamiento impuesto en razón del Covid-19. Se suponía que yo retomaría mi trabajo en la fábrica, pero esto ha sido postergado a causa del cierre. Debemos esperar el final de la pandemia. Esta situación es difícil porque no podemos trabajar y entonces, no podemos comprar comida. Hay distribuciones de ayuda alimentaria, pero esto no es suficiente para nuestras necesidades cotidianas. Realmente necesitamos dinero, pero evidentemente tuvimos que decidirnos a quedarnos en la casa. Lo más duro, es ver a nuestros hijos con hambre. Esto incluye los adultos, estamos listos a sacrificarnos, pero es muy triste que los niños tengan que vivir esto» - Filipinas
"TRABAJANDO POR UN FUTURO PROMETEDOR"
Estimado Director General, distinguidos delegados, gracias por darnos la palabra.
Agradecemos y felicitamos a la Comisión por este documento tan interesante. En efecto, es crucial debatir el futuro del trabajo en este año del centenario. Dicho futuro no es lejano: las nuevas formas de trabajo y los retos del mañana ya están aquí, y nosotros, los jóvenes trabajadores, somos los primeros en experimentarlos. Sólo un ejemplo de la realidad actual de los jóvenes trabajadores:
"Mi nombre es Ana, vivo en Nicaragua. Tengo un título universitario. Ahora he estado trabajando desde casa durante 4 años para una empresa de aduanas con sede en los Estados Unidos. Mi horario de trabajo es de 8 horas diarias y el único contacto con mis compañeros de trabajo es por correo electrónico o por teléfono.
Tras 133 años de los hechos ocurridos en Chicago, este 1° de mayo vamos juntos a conmemorar nuestro “Día internacional de la clase obrera”. Para la JOC Internacional el 1° de mayo es un día para levantar nuestras banderas de luchas y reivindicaciones junto al movimiento obrero a nivel internacional. Por ello desde el 24 de abril hasta el 1° de mayo, iniciamos esta conmemoración con la semana internacional de la juventud trabajadora (SIJT) desarrollando programas de actividades con incidencias políticas y formativas en los diferentes países del mundo.
Han sido décadas de luchas del movimiento obrero internacional y la JOCI, a través de sus acciones, ha sido parte de estas luchas. Sin embargo, las conquistas que hemos logrado durante muchos años en algunos países están en retroceso. Esto se expresa a través de las nuevas condiciones de explotación en el trabajo que inciden en la vida de los trabajadores/as y cada vez deterioran las luchas de los trabajadores/as: horas de trabajo que se aumentan pero el salario está en desmejora, nuevos puestos de trabajo a través de las plataformas virtuales, desigualdades entre los derechos para hombres y mujeres al igual que los roles determinados en los puestos de trabajo, alto índice de trabajo informal que existe en el mundo pero sin un mínimo de cumplimiento de la seguridad social en su trabajo.
Hace 109 años, la Segunda Conferencia internacional de las mujeres tuvo lugar en Copenhague, la reivindicación del sufragio universal para todas las mujeres fue reiterado y, a partir de la propuesta de Clara Zetkin, el 8 de marzo fue proclamado Dia Internacional de la Mujer. Al final del 18° siglo y al inicio del 19° siglo, el movimiento obrero había adoptado una posición patriarcal tradicional en relación con la igualdad y las reivindicaciones de las mujeres. Fue solamente a mediados del 19° siglo que los movimientos de mujeres se han fortalecido, con el combate por el voto de las mujeres, la igualdad y la denuncia de la opresión social, familiar y en el trabajo.
Soy una joven nicaragüense, de 28 años, no tengo hijos, vivo en casa de mis padres. Actualmente trabajo en una fábrica textil de la zona franca Hansae en Nicaragua. Desempeño una tarea como operaria, desde hace 1 año, mi horario de trabajo es de 7 am a 5 pm, con una pausa de 30 minutos al medio día.
En el contexto nicaragüense, el tema de la violencia de género es una realidad cotidiana, los casos de femicidio aumentan, “Nos están matando”. En nuestro hogar nos educan para asumir un rol de doméstica, asumimos las responsabilidades que la sociedad nos impone culturalmente por ser mujer "cocinar, lavar, criar hijos, limpiar, etc. ". Cada día, en el camino de la casa al trabajo, sufro el acoso sexual callejero. Para la sociedad, esta práctica se ha vuelto normal y vista como algo inofensivo. Sin embargo, se trata también de una forma de violencia fundada sobre el género, caminando entre las personas, siento el acoso.
La Juventud Obrera Cristiana Internacional (JOCI) como movimiento de educación a través de la acción de jóvenes trabajadoras/es con presencia en más de 40 países en el mundo se manifiesta frente a la difícil situación social, política y económica que viene viviendo el pueblo hermano de Venezuela en especial la Clase Obrera; en tal sentido queremos manifestar:
1. Nuestro irrestricto apoyo y solidaridad a todos los movimientos sociales de Venezuela quienes hacen un llamado a reforzar el dialogo como único mecanismo para resolver sus asuntos internos en pleno uso de sus facultades democráticas que establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el derecho internacional, de esta manera continuar dignificando las condiciones de vida y trabajo.
2. Rechazamos la injerencia internacional, las sanciones unilaterales y el congelamiento de sus activos en el exterior impuestas fuera del marco del derecho internacional en contra la República Bolivariana de Venezuela que afectan a la población venezolana y deterioran las políticas de protección social para la juventud trabajadora y la sociedad en su conjunto.
3. Rechazamos cualquier acción militar que desarrolle cualquiera nación en el territorio venezolano, para evitar agudizar la difícil situación y no colocar en riesgo la soberanía nacional según los principios democráticos constitucionales.
Después de cinco años durante los cuales el movimiento ha estado confrontado a dificultades, el 34° Consejo nacional de la JOC de Filipinas fue finalmente organizado del 30 de abril al 08 de mayo de 2018 en Taytay, Rizal. Delegados de cinco regiones – Cebu, Negros Occidental, IloIlo, Metro Manila y Camarines Norte – participaron, representando sus regiones y compartiendo sus realidades. El tema era “Kilos Kabataang Manggagawa para su Dignidad at Karapatan” (Jóvenes trabajadores, defiendan su dignidad y sus derechos). En el marco de su tarea de educación, el movimiento piensa que como actor de cambio, la acción que desarrolla debe ser el punto de partida para transformar las realidades de los jóvenes trabajadores y la sociedad.
Uno de los puntos fuertes del programa del Consejo nacional fue el intercambio de responsables que ofrecía a los delegados una inmersión en Valenzuela en diferentes sectores de trabajo: un primer grupo visitó los trabajadores por contrato de Malanday, un segundo grupo encontró el grupo de base de los chóferes de bicitaxi de Lawang Bato, y él último descubrió la realidad de un grupo mixto de jóvenes en Vista Verde.