El día internacional de los trabajadores es la ocasión de conmemorar los valores y las realizaciones históricas de generaciones de trabajadores y trabajadoras. Pero incluso aunque celebramos los éxitos y los triunfos de la solidaridad de los trabajadores, sabemos que los desafíos a los que están confrontados los pueblos del mundo entero exigen una fuerza y un compromiso colectivo para continuar la lucha por los derechos, las libertades, la paz, la igualdad y la justicia.
Las economías del mundo entero no se han recuperado del impacto de la pandemia del Covid-19. Esta ha hecho más evidentes las desigualdades sistémicas persistentes que están arraigadas en las estructuras económicas, políticas, sociales y culturales. En todos los países, ha puesto de manifiesto las debilidades del sistema de salud y los presupuestos bastante reducidos para permitir la igualdad de acceso a la protección social. Por otra parte, la crisis climática continúa agravándose, la terrible situación de los trabajadores y de los pobres continúa deteriorándose, mientras las naciones imperialistas y las potencias regionales defienden sus propios intereses geopolíticos perpetrando incesantes agresiones militares que cuestan la vida a las masas ordinarias confrontadas a la crisis alimentaria y a otras dificultades. La grave recesión económica que se vive en el mundo entero ha sumido un número considerable de personas a la pobreza, el desempleo y la inseguridad social. Inclusive los que tienen un empleo sufren de la precariedad y los bajos ingresos.