Bruselas (JOCI Info) - Con el telón de fondo de los gritos y llantos de millones de trabajadores contractuales que tienen miedo de perder su empleo a causa de la pandemia del Covid-19, la JOCI continúa a dirigirse al mundo con ocasión de la Conferencia internacional del trabajo que se lleva acabo de manera virtual en la sede de la OIT en Ginebra, en Suiza.
Ana Cecilia Salazar, dirigente del equipo de la JOC de las Américas, subió a la tribuna durante la conferencia, deplorando la suerte de una trabajadora contractual de Perú que perdió su empleo a causa de la pandemia. “Tenía un contrato temporal. Cuando el confinamiento fue decretado, la empresa suspendió el trabajo. Nuestro contrato va a terminar y seremos 50 jóvenes sin empleo”, leyó Ana en voz alta, compartiendo el testimonio de esta trabajadora peruana.
Los trabajadores contractuales son los trabajadores los más vulnerables y los primeros a ser licenciados cuando la empresa debe poner fin a la relación de trabajo. En su declaración, que fue leída desde Perú, Ana señalo que el fenómeno de los despidos fáciles tiene como blanco los trabajadores contractuales produciéndose en casi todos los países y afectando a millones de personas a través del mundo. Esta forma de trabajo, a la imagen de todas las formas de trabajo precario e informal relacionadas a las plataformas en línea, no cesa de crecer a raíz de la pandemia.
Para responder a este fenómeno mundial, Ana hizo firmemente eco de las reivindicaciones de los trabajadores oprimidos, señalando la importancia y la urgencia de actuar para alcanzar la justicia social y respetar la dignidad de cada uno.
“Una protección social fuerte y mundial debe cubrir a cada uno y cada una, incluidos los migrantes y los trabajadores informales. La protección social implica condiciones de trabajo decentes para los trabajadores de servicios, como también la garantía de una red de seguridad para todos”, declaró Ana, colocando el acento en la importancia de una protección social para todos.
Según ella, además de la protección social, los miembros de la OIT deben igualmente tomar consciencia de el valor del trabajo de cuidados. Esta valorización debe traducirse en condiciones de trabajo decentes y derechos de representación para los trabajadores del sector de cuidados.
“Se trata de una realidad mundial y el multilateralismo es entonces crucial. El trabajo debe ser digno; la salud y la seguridad en el trabajo debe ser garantizado en todas partes. Todo el mundo necesita un ingreso digno. Los derechos del trabajo deben ser actualizados en función de nuestra realidad numérica, incluida más igualdad y más posibilidades de acceso al internet y a la electricidad”, declaró Ana.
Ana insistió particularmente sobre el hecho de que los jóvenes tienen necesidad de opciones reales y de condiciones de trabajo dignas. Esto significa luchar contra el desempleo de los jóvenes, pero también de darles más derechos y de mejores condiciones en el lugar de trabajo.
Por otra parte, Ana señalo la importancia de actuar por la igualdad de los géneros, especialmente promoviendo el liderazgo de las mujeres.
Concluyó su intervención con estas palabras: “No se trata solamente de reaccionar a una situación repentina. Se trata de atacar las causas de esas desigualdades. Hablamos mucho de las vulnerabilidades. Pero hay actores que se han aprovechado económicamente. Ellos deben contribuir al bien común en consecuencia. ¡No perdamos esta ocasión única de acercarnos de un mundo justo y de un trabajo digno para todos!”