Con motivo de la celebración del centenario de la JOC en Laeken (Bélgica), tuvimos el gran placer de escuchar inspiradores testimonios de jóvenes militantes que mantienen vivo hoy el legado del movimiento. Estas intervenciones pusieron de relieve cómo su compromiso con la JOC está transformando sus vidas personales al tiempo que les permite emprender acciones concretas para cambiar la sociedad.
Estas voces representan a miles de jóvenes de todo el mundo que, a través de su acción local, alimentan un movimiento internacional por la transformación, la dignidad y la justicia.
"Lo que me atrajo inicialmente fue que el movimiento se preocupa de verdad por los/as jóvenes y por los retos reales a los que nos enfrentamos. Sentí que teníamos voz, que podíamos expresarnos libremente y ser escuchados/as. De hecho, descubrí la JOC a través de una iniciativa destinada específicamente a concienciar a las jóvenes sobre los riesgos del matrimonio precoz y, a partir de ahí, darles los medios para que creyeran en sí mismas. Lo que me motiva a seguir participando es que la JOC no se limita a sensibilizar: también nos da los medios para actuar. Nos anima a convertirnos en agentes del cambio, para nosotros mismos y para nuestras comunidades. Neama - Egipto
Tras la pandemia de COVID, empezamos poco a poco: creamos un sencillo lugar de encuentro donde los/as jóvenes podían pasar tiempo sin sus padres. Una vez que estuvo en funcionamiento, empezamos a ofrecer programas. Nuestras acciones están dando fruto. Hoy en día, participo en un programa para jóvenes en formación profesional o que aún están en la escuela. Muchos de ellos se enfrentan a dificultades que a menudo no se abordan suficientemente. Les ofrecemos formación para ayudarles a solicitar empleo, les ayudamos a preparar las entrevistas de trabajo y les apoyamos mientras se preparan para los exámenes finales. En muchos casos, no se trata sólo de impartir conocimientos, sino también de darles confianza en sí mismos" Matthias- Alemania
"Como profesora, quería fomentar el pensamiento crítico y la conciencia social entre los jóvenes. En la JOC encontré un espacio para aplicar estas ideas en la vida real, más allá del aula. La JOC es un movimiento internacional que no sólo te conecta a una red de luchas comunes, sino que también te reta a avanzar colectivamente. Esta combinación de comunidad, reflexión y acción sigue siendo lo que me inspira a seguir adelante" Karen - Guatemala
"En 2017, participé en una acción con la JOC para exigir salarios más altos al gobierno del distrito de Bandung. Me hizo darme cuenta de que la unidad de los jóvenes trabajadores puede cambiar realmente las cosas. La formación que recibí en la JOC cambió mi visión del trabajo y de la sociedad. Hoy estoy orgulloso de haber llegado a ser presidente de la JOC de mi país. Hamdani Haliman - Indonesia
Y estos compromisos resuenan hoy con los de antiguos/as miembros que, gracias al método y los valores del movimiento, han seguido una vida de acción y transformación, ya sea a nivel personal, profesional o comunitario.
"Cuando un amigo me invitó a la JOC, ya era licenciada pero estaba desempleada. En la escuela "aprendí cosas que no tenían nada que ver con mi vida. En la JOC descubrí cosas que tenían un vínculo real con mi vida: la precariedad del empleo, las condiciones de mi barrio, las relaciones sociales injustas. Lo que me mantenía allí era el hecho de que la JOC te animaba a reaccionar: "¿No te encuentras bien? Ve a ver si hay otros pasando por lo mismo, investiga, organízate, actúa". Ex presidenta de la JOCI, Josée Desrosiers - Quebec
Es en este lugar simbólico de Laeken, donde yace enterrado Joseph Cardijn, fundador de la JOC, donde su espíritu sigue inspirando a los/as jóvenes militantes de hoy. La JOC sigue siendo una escuela de vida, donde cada joven aprende a conocerse a sí mismo, a actuar, a organizarse y a transformar el mundo que le rodea, con dignidad y solidaridad.
Y ello a pesar de un contexto internacional profundamente desigual: las desigualdades sociales y económicas se agravan, el trabajo precario, mal pagado o insalubre, sobre todo en la economía informal, sigue marcando la vida de millones de jóvenes trabajadores.
La discriminación racial y colonial persiste, al igual que -no hace falta decirlo- la discriminación de género, truncando los sueños y aspiraciones de muchos jóvenes de una sociedad equitativa. La migración forzosa desgarra familias y aísla comunidades, mientras que la crisis climática amenaza el futuro de todos.
Y sin embargo, en el centro de estos retos, los/as jóvenes trabajadores/as persiguen la misión de la JOC: hacer oír su voz, reivindicar su dignidad y luchar por un mundo más justo, más solidario y profundamente humano.
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