Los días 15 y 16 de noviembre de 2024, la JOC América (JOCA) organizó un programa de intercambio que reunió a líderes de varios movimientos nacionales de la JOCA y a militantes claves de la JOC Ecuador. Esta iniciativa facilitó la colaboración y el intercambio con la JOC Ecuador, centrándose en los temas de la economía social y solidaria y el empoderamiento de los/as jóvenes.
Los debates se iniciaron con una visita al grupo de base Pedro Vicente, donde los/as jóvenes de la JOC trabajan en empleos precarios como peones agrícolas, ganando apenas 3 dólares por 8 a 10 horas de duro trabajo. Muchos de estos/as jóvenes sólo tienen estudios primarios y tienen dificultades para dominar la lectura y la escritura. Algunas se enfrentan al matrimonio precoz y a la monoparentalidad.
Fátima nos confía: “Sólo terminé la escuela primaria antes de empezar a trabajar a los 15 años. Trabajé en la ciudad de Quito como empleada de servicio en un restaurante y ayudé a producir adobes en una empresa. Ahora, a los 25 años, he optado por trabajar en el campo porque mi familia vive aquí y la vida en la ciudad se ha vuelto cada vez más difícil. Mi salario mensual es de 30 dólares y mis condiciones de vida son precarias.”
Esta puesta en común de testimonios dio lugar a debates en torno a soluciones concretas frente a los problemas más comunes, incluida la puesta en marcha de programas educativos alternativos para mejorar la alfabetización y el desarrollo de habilidades entre los/as jóvenes de Pedro Vicente. También se debatieron las iniciativas, actividades y acciones de la JOC en Guayaquil, y uno de los principales retos que se han destacado ha sido la necesidad imperiosa de ampliar los esfuerzos de sensibilización para implicar y organizar de forma efectiva a un mayor número de jóvenes.
El programa de intercambio continuó en Carapungo, donde una reunión con la Afro Pastoral en Ecuador dio lugar a la creación de una red de colaboración destinada a ampliar la red de jóvenes en la región. Además, las reuniones con FEPP y MESSE proporcionaron información valiosa sobre prácticas de economía social y solidaria, en particular modelos de finanzas éticas como los propuestos por el Banco Codesarrollo.
Los resultados de estos intercambios fueron extremadamente positivos, y los participantes manifestaron una mayor comprensión y compromiso con la promoción de iniciativas de economía social y solidaria. Los grupos de base empezaron ya a tomar medidas concretas para promover la autonomía económica y la solidaridad comunitaria.
En esencia, los debates ilustraron el poder de la solidaridad, la experiencia compartida y la acción colectiva en la búsqueda de un cambio social positivo. Al forjar alianzas y compartir buenas prácticas, estas iniciativas ofrecen la esperanza de un futuro más equitativo y el empoderamiento de todos/as.