El domingo 26 de mayo de 2019 tuvieron lugar en Bélgica las elecciones europeas, legislativas y regionales durante las cuales los ciudadanos belgas eligieron sus representantes al parlamento europeo, al parlamento belga y en los parlamentos regionales.
“Domingo negro”, “peste negra” (nombre dado a los nazis durante la Segunda Guerra mundial), estos son los términos que surgieron más a menudo cuando los resultados del escrutinio fueron revelados. La extrema derecha ha progresado de forma vertiginosa en el norte de Bélgica, suscitando una profunda inquietud entre los defensores de la democracia.
Las elecciones europeas fueron organizadas en los 28 países de la Unión Europea, y los partidos de extrema derecha salieron también vencedores en Francia, en Italia, en el Reino Unido, en Hungría y en Polonia. En todas partes en Europa, esos partidos difunden ideas racistas, sexistas, homófobas y antinmigrantes.
En Bélgica, los movimientos sociales y obreros, entre ellos los Jóvenes Organizados y Combativos (JOC), reaccionaron inmediatamente con una manifestación el 28 de mayo en Bruselas. “No fascism in Belgium or in Europe” (No fascismo en Bélgica o en Europa) era el eslogan del evento.
Ciudadanos belgas y extranjeros, de los cuales muchos jóvenes, se reunieron cerca del parlamento europeo. Representantes de los movimientos sindicales, obreros, feministas, LGTBTI+ y de los jóvenes tomaron la palabra, entre ellos Sebastian Daglinckx, permanente de la JOC de Bruselas (ver foto más abajo).
Los manifestantes luego desfilaron en las calles del barrio europeo, cantando muchas veces “¡1ª, 2ª, 3ª generación! ¡Somos todos hijos de inmigrantes!”.