Jorge Luis Silva Morales: un Jocista de corazón, un hombre comprometido con la dignidad y los derechos de los trabajadores(as)

 

En el contexto de la dictadura militar chilena (1973 – 1990), en el año 1982 a la edad de 20 años, Jorge se encontraba cesante y vendía berlines a las afueras de un policlínico de la ciudad de Talca, séptima región de Chile.

Así comienza su camino por la JOC.

Fue a través del diácono belga Guido Gossens y la compañera Luz María Troncoso que recibe la invitación a participar en el movimiento Juventud Obrera Cristiana. Sólo bastaron algunos testimonios y su valoración como joven trabajador para encender su espíritu de compromiso. Comenzó a reunirse con jóvenes del barrio, unos trabajaban y otros cesantes, formando así la base de iniciados, quienes después de sus acciones lograron participar como militantes en diferentes encuentros y ampliados, formando a su vez nuevas bases que dieron fuerza al movimiento nacional.

1° de mayo en Laeken - La voz de los/as jóvenes dirigentes de la JOC: su compromiso, sus luchas y su esperanza

Con motivo de la celebración del centenario de la JOC en Laeken (Bélgica), tuvimos el gran placer de escuchar inspiradores testimonios de jóvenes militantes que mantienen vivo hoy el legado del movimiento. Estas intervenciones pusieron de relieve cómo su compromiso con la JOC está transformando sus vidas personales al tiempo que les permite emprender acciones concretas para cambiar la sociedad.

Estas voces representan a miles de jóvenes de todo el mundo que, a través de su acción local, alimentan un movimiento internacional por la transformación, la dignidad y la justicia.

Día Internacional de la Mujer 2025: Promover la justicia en el trabajo y en la sociedad

“Lamentablemente, en pleno siglo XXI, aún se ve mucha desigualdad. No mencionaré la empresa, pero en 2023, antes de terminar mi carrera, trabajé en una empresa que no contrataba mujeres con hijos, ya que decían que la prioridad tenía que ser la empresa. Las pocas que logramos entrar no teníamos permisos de emergencia. En mi caso, soy madre soltera y se me complicaba cuando me pedían quedarme más tarde. Considero que muchas mujeres incluso deben omitir decir que tienen un hijo para poder tener un trabajo y sacar adelante a sus hijos.

Yo estuve poco tiempo en aquella empresa. Gracias a Dios, me apareció una propuesta mejor. En el ámbito laboral, las mujeres somos vistas como el sexo débil, pero considero que ahora nos estamos empoderando, estamos luchando por ganarnos el respeto y el puesto de trabajo para sacar adelante a nuestros hijos con mucho esfuerzo y sacrificio. Estoy criando a un niño que, cuando se convierta en hombre, pueda darles a las mujeres el lugar que se merecen. Estamos en igualdad de condiciones; quizás no tengamos la misma fuerza física, pero tenemos el valor y las ganas de marcar un antes y un después.” - Leyla, 32 años